Un finde malo

Menudo finde mas insulso, no quedé con nadie o, peor, nadie quedó conmigo. De todas formas estaba bastante depre. Unos conocidos de mis padres me contaron lo mal que lo pasaron para evitar que su casa se prendiera fuego en estos pasados incendios. Se me llenaron los ojos de lágrimas cuando me contaron como quedaron arrasados los lugares en los que corría de niña, en los que jugaba e, incluso, donde, como dirían los cursis, entregué mi “flor” en aquella velada sobre una hierba suave y fresca, y bajo las titilantes estrellas que se ocultaban tras las bailarinas ramas del árbol bajo el que nos cobijamos, el cual era mecido por el viento, en aquel verano de 2002. Mi chico sobre mí y dentro de mí, con su cabeza entre mi cuello y mis pechos. Yo me dejaba ir por los sonidos del bosque, hasta el momento en que desaparecieron y él me besó justo cuando me sacudía abajo con sus caderas como un loco en mitad de su orgasmo. Todo ha desaparecido… Se borró el sueño de la noche de verano.

Prefiero cambiar de tema, por que como siga con lo de los incendios… GRRRRRR!

Por otro lado, me he tirado todo el fin de semana pensando y pensando. Viendo mis actuales sentimientos, mis fantasías, lo que escribo… Creo que me estoy acercando mucho al lesbianismo. Siempre quise estar en medio de balanza. Entre hetero y lesbi, pero ahora el mundo me está dando demasiadas vueltas en ese aspecto. Me siento superexcitada con chicas y casi no pienso en hombres. Es una sensación extraña.

Al menos, no sé si por suerte o por desgracia, ya se me ha bajado un poco el calentón que me ocultaba el problema y comida de tarro que supuso en su momento el asunto con Alejandra. Desde aquello me tiraba todos los días masturbándome como una loca y cayendo frecuentemente en las redes del cibersexo cuando chateaba. Me puedo tomar un momento de respiro…