Buen domingo, pésimo lunes

Justo cuando salí del trabajo este sábado, llamé a Lucía para saber qué era de ella. Estaba mas que segura de que había conocido a alguien interesante. Pues fue así. Curiosamente se había topado con una pareja de novios, procedentes de Madrid, no sé si de la capital o no: Marta y Luís. Eran heteros! Algo extraño proviniendo de mi amiga Lucía. ¿Dónde los encontraría?

Me los presentó ayer por la tarde en la terraza donde solemos estar, pero solo yo, Lucía y nuestros nuevos conocidos, nadie mas.

Marta es preciosa, con unos cabellos rubios a mas no poder y unos ojazos tremendos. Un encanto y nos hicimos amigas en un plis-plas, como si nos conociéramos de toda la vida. Tiene 24 años y estudia en la facultad de Ciencias de la Información. Luís, un tío bastante soso, altísimo y de pelo rizado, estudiante de filosofía (de ahí la sosería, creo yo), no es que hablara mucho conmigo, sus ojos traspasaban sus gafas de sol para mirarme con cierto descaro el escote. Reconozco que jugueteaba con mi colgante sobre el canalillo para pillarle y reírme un poco, aunque visto ahora, igual fue un factor que desencadenó la tragedia que me ha alcanzado. Bueno, no sé, lo más seguro es que Lucía, como siempre, a sus nuevas amistades les cuente toda mi vida, saben más de mí que de ella. Le habrá dicho mis inclinaciones sexuales. Pero tampoco entiendo esas miradas lascivas, ya que Marta está mucho mejor que yo. muchos de nuestros clientes y chicos que vienen me miran las tetas, pero nunca con sus parejas al lado.

Tras unas horas muy divertidas, nos despedimos intercambiando números de móvil, y se fueron a O Grove, donde tienen una habitación.

Así hasta esta mañana. Todavía estaba con las legañas en los ojos cuando suena el móvil. Era Marta y lo cogí con alegría.

-Hola!

-Cacho zorra!!!

Yo me quedé… No entendía nada.

Justo rompió a llorar pidiéndome perdón. Aun sigo flipando. Pasó que cuando llegaron a la habitación, Luís la tiró a la cama y le rompió la ropa y le rasgó las bragas y la penetró con fuerza. Ella me dijo que nunca se ha portado así. La hizo daño físico a pesar de sus protestas, y cuando se corrió, gimió mi nombre. Entonces él se dio cuenta y ella empezó la discusión. Él la llamaba loca y que eso era mentira. Él negaba que hubiera mencionado mi nombre, pero, según Marta, mentía, sabe cuando miente. Él se marchó de la habitación y todavía no ha regresado y no contesta al móvil.

Marta había planeado unas vacaciones bonitas para ella y su novio, tranquilas. Y me siento culpable. Sé que no he hecho nada, pero me siento fatal. Ella está destrozada y yo me veo arrastrada a su abismo por el bocazas de Luís.

Pobre Marta, me cayó tan bien que el verla sufrir me hunde en la tristeza. Tranquila, cariño, haré lo que pueda, aunque no sé como.

Llevo media mañana intentando comunicarme con él, pero nada. Quiero que vuelvan a ser felices. Yo, hoy ya no lo voy a ser.

Aunque gracias a Eregeh por hacerme reír. Eres un solete.