El último día de mi vida

¿No os parece Anatomía de Grey una de las mejores series que hay en la actualidad en la tele? A mí, al menos, me lo parece. Los capítulos de ayer fueron buenísimos, pero uno de ellos, mejor dicho, una de las frases que se escucha en el transcurso de uno de los mismos, me ha penetrado en el cerebro dándome de qué pensar: ¿Qué harías si este fuese el último día de tu vida? No sé exactamente qué haría, pero sí qué cosas me gustaría que cambiasen para que, en el momento de cerrar los párpados y coger la nave que surque un mar brillante hacia una costa de blanca y fina arena, me fuese en paz.

Primero, dejar mi casa sin tener que oír gritos ni discusiones. Hoy no lo he conseguido. Y esa es una de las cosas que quiero cambiar, enterrar, alejar, olvidar. Quiero olvidar a aquella niña que se pasaba sola en los recreos, sin amigos con los que jugar. Siempre sola con unas piedritas con las que dibujaba en un suelo de color oscuro. A aquella niña en la que un informe psicológico la calificaba como de un poco antisocial. Aquella con la que se metían todos haciéndola llorar y odiar. Aquella niña que con el tiempo tuvo que sonreír de forma falsa para dejar de estar sola y atraer a todos los de alrededor… pero siempre sola, su única amiga era la soledad.

Y lo poco que la ha hecho feliz, siempre ha acabado apartándose de su vida. Nunca durando mas de unos pocos meses. Una chica que nunca sale sonriendo en las fotos por que en ellas se refleja su verdadera alma, solo ha sonreído a la cámara en determinados momentos en los que había rayos de sol atravesando las nubes de su corazón.

No tengo miedo a morir, pero cuando lo haga, sí que tengo miedo a hacerlo sola, sin nadie que me coja la mano y, en el momento de cerrar los párpados, me diga: “No estás sola, estoy a tu lado…”. En el momento de cerrar los párpados para coger la nave, en el momento en el que esbozaría una sonrisa, nunca tan feliz con entonces. No quiero que la Soledad sea lo último que esté a mi lado.