Días de Silencio

Son extraños estos días en los que no tengo ganas de escribir. Es como si desde el domingo hasta ahora se hubiera creado un abismo ancho y profundo, terriblemente oscuro, de esos en lo que tiras una piedra y no se oye el golpe al tocar fondo. Me siento a un lado de ese abismo. Donde los árboles son grises y pierden sus secas hojas por el simple peso de la monotonía. Lo único que os podría contar, aunque con carencia total de interés, lo cual haría que no volvierais a pasar por este blog, es que hoy me he levantado con una sensación a camino entre la náusea y el hambre, y que esta semana he intentado frenar las cataratas del Niágara que nacían de uno de los grifos de la oficina, he sido víctima paciente del lento sistema burocrático administrativo y que ayer tuve un calentón extraño en el centro de trabajo, de cuyas anécdotas es testigo una amiga internáutica, y que me produjo pensar en aquella colega lesbiana que tuve en el corto periodo que aguanté en la universidad y en nuestras escasas aventuras.

Quizás sean estas las cosas que he de contar, ya que, según voy viendo en lo que me comentan algunas personas (opinión minoritaria) en el Chat, parece que les molesta que hable de mis cosas de forma tan directa. Vaya! La Red es el último sitio donde pensaba que encontraría censura contra mi vida. Siempre he tenido que ir con la cabeza gacha, pero desde hace un par de años, eso se acabó y ya no pido permiso a nadie. Si a alguien le molesta lo que escribo en mi blog, pues que no lo lea y que no entre.

Y hablando de Chat, hoy voy a intentar que sea mi primer día sin entrar en él. Es como una extraña droga. Me aburre estar en el Chat, a no ser para hablar con conocidos y amig@s. Me da pereza hablar con nueva gente, aunque por suerte, a veces se encuentra a alguien agradable entre ese inmenso océano de fanfarrones, babosos pedantes y demás ralea cuyo interés es menos que nulo. De cada 100 solo son aprovechables 2. Individu@s, y volviendo a tomar en parte el tema de mi blog, que al ver que soy chica y gallega me toman por idiota y se sorprenden de que sea capaz de escribir un par de líneas seguidas. No sé, pero en mi familia, desde siempre, se han preocupado de darme una educación y en hacerme leer para que me gustase. He leído cientos de libros y por eso sé escribir algo, aparte de que lo hago de los 15 años. Por eso tengo algo de vocabulario a pesar de mi género y de mi procedencia. Por favor, no me toméis por tonta, ya que no os habéis visto en un espejo nunca.

Vaya, al final sí he escrito algo.