La galleguita de Cancún

Son días extraños, sobre todo irreales viendo a la peluquera de Arcade saliendo en bolas en el Interviú. Sí, esa que se fue a Cancún y conoció de primera mano la cárcel mexicana de una forma muy injusta. Pobre, la verdad que el dicho de que Dios ayuda a los tontos puede aplicarse al cuento de muchas formas. Esta chica, que no ha salido de su pueblo en su vida y que se fue a México gracias a los dos kilos de pesetas que le dio su madre al ganar un juicio laboral, se va de viaje de bodas a Cancún, la detienen y ahora se está forrando. No la critico, para nada, hace de puta madre. Si yo fuera ella no solo enseñaría las tetas, es que enseñaba todo para cubrirme de billetes (aunque de ella, según van diciendo las habladurías, solo es suyo de cuello para arriba, que ella no tiene ese cuerpo ni de coña). Seguro que acaba en GH VIP o algo así, comentando junto a Belén Esteban.

Hace muy bien.

La gracia es lo que me ha comentado un amigo. Que a pesar de conocerla de vista y no ponérsela tiesa para nada en la calle, tuvo que ir corriendo a un kiosco, comprarse la dichosa revista por que le entró un calentón insufrible. Según sus palabras, solo se le fue cuando se descargó sobre la portada, su cara, sus tetas… dos veces seguidas. Hasta que no la vio cubierta de su propia lefa no quedó satisfecho. Es curioso como una simple imagen puede causar sensaciones extremas.